Es demasiado tarde para llegar pronto
Llegar tarde salir pronto de fiesta
Bromas aparte, llegar tarde es inaceptable. Aunque suene duro, es la verdad y algo que debería decirse más a menudo. Me da igual que asistas a una cena, a una conferencia telefónica o a una reunión de café: tu puntualidad dice mucho de ti.
Llegar tarde me molesta tanto que sólo de pensarlo me mareo. Llegar tarde, que de vez en cuando ocurre, me hace sudar de los nervios. Cuanto más tarde llego, más parece que me he meado. Si me pillan con más de 15 minutos de retraso, parece que me he ido a nadar.
En este tema, me encuentro en minoría. Parece que la mayoría de la gente considera que la hora o el plazo de una reunión no es más que un leve aviso de algo que puede ocurrir. Me han llamado estirado y poco razonable, o variaciones precedidas de improperios. En un mundo que se siente perpetuamente impuntual, plantear la cuestión de la puntualidad no es una forma de ganar concursos de popularidad, y me parece bien.
Hay una razón por la que fijamos horas de reunión y plazos. Permite coordinar esfuerzos, minimiza la pérdida de tiempo y ayuda a establecer expectativas. Piensa en todo lo que se conseguiría si todo el mundo "se relajara" y "siguiera la corriente". Sería la definición de ineficacia. Probablemente no sea tan difícil de imaginar, teniendo en cuenta que la semana pasada 13 personas diferentes (sí, las conté) se saltaron los horarios de las reuniones o incumplieron los plazos. Parece una epidemia galopante, aparentemente suavizada por un aluvión de "culpa mía", "lo siento, tío" y "ya sabes cómo va esto". La respuesta deseada es "no pasa nada", pero la realidad es que no está bien. Esto es lo que pasa.
¿Es de mala educación llegar pronto?
(Y es de mala educación llegar antes; podrías sorprender al anfitrión y encontrártelo en albornoz pasando la aspiradora). Aunque tu compañero de almuerzo o cena sea despreocupado, es una falta de respeto llegar más de cinco minutos tarde. Procura llegar al menos cinco o diez minutos antes de que se levante el telón.
¿Es mejor llegar pronto o tarde?
Tiempo extra para ponerse al día - Muchas personas piensan que llegar temprano les quitará demasiado tiempo de su jornada. Sin embargo, llegar pronto en realidad le devuelve tiempo a su jornada. Recuperarás con creces los diez minutos de adelanto gracias a la productividad que ganarás al poder ponerte al día y prepararte.
¿Es de mala educación llegar pronto a una cita?
A menos que quiera vivir en la oficina, llegar pronto y quedarse hasta tarde todos los días puede no ser factible. Con tanto énfasis moderno en la conciliación de la vida laboral y familiar, es importante saber si llegar pronto o quedarse hasta tarde es mejor para su carrera. ¿Cuál es la mejor opción? Puede que no haya una respuesta clara, pero cada una tiene sus ventajas.
1. Para empezar el día con energía: Si llegas pronto a la oficina, tienes un margen de tiempo para empezar el día con energía. Ya sea programando todo lo que tienes que hacer, trabajando duro en un proyecto que requiere mucha concentración antes de que nadie más llegue a la oficina, o preparándote para una reunión o presentación que tienes más tarde en el día, este período de tiempo puede ayudar a que tu productividad se dispare a lo largo del día.
2. Respetar el tiempo de los demás: Si llegas a tiempo, llegas tarde. Si llegas pronto, llegas a tiempo. Aunque esta mentalidad puede haberse desvanecido a lo largo de los años, todavía hay mucha gente con la que trabajar que considera que llegar pronto es respetar su tiempo y llegar tarde es desconsiderado. Así que llegar pronto puede darte ventaja si tu jefe, tus compañeros o tus clientes te están esperando.
Si la fiesta empieza a las 20.00 horas, ¿cuándo llegará la mayoría de los invitados?
Probablemente sea demasiado pronto o demasiado tarde para comprender plenamente la obra de Villon, como ha sugerido un crítico; pero aunque el estudioso aún debe enfrentarse a diversos problemas críticos, se sabe lo suficiente sobre la vida y la época de Villon como para considerarlo un poeta genial, cuya obra está cargada de significado y de una gran fuerza emocional.
Está dispuesto a enfrentarse a los cascarrabias que afirmen que es demasiado pronto o demasiado tarde para semejante búsqueda: "Decir que la estación... aún no ha llegado, o que ya ha pasado y se ha ido, es como decir que la estación de la felicidad aún no ha llegado o que ya no existe".
¿Es de mala educación llegar tarde a cenar?
La respuesta es, como muchas cosas en la aviación, compleja, y, en este caso, la respuesta es también "complejidad". Se necesita una gran variedad de sistemas que trabajen juntos para llevar el vuelo de A a B, y a veces no funcionan como estaba previsto.
Los vuelos se retrasan por motivos muy diversos. Los aviones que llegan pueden retrasarse, algo puede tardar más de lo previsto al preparar el avión para su siguiente vuelo, el aeropuerto puede estar ocupado, puede haber mal tiempo en ruta, los vientos pueden ser más fuertes de lo esperado, su vuelo puede retrasarse porque hay congestión en su destino, o algo totalmente distinto.
Cuando las aerolíneas planifican sus horarios, se aseguran de tener en cuenta todos estos factores. A menudo rellenan sus horarios con tiempo extra: ya sea en toda la flota, en rutas específicas, en determinadas épocas del año o para asegurarse de que sus aviones más lentos puedan operar el vuelo como reserva.
Todo forma parte de la gigantesca danza de la programación de vuelos, que las aerolíneas realizan con sumo cuidado. Son especialmente cuidadosas si son una aerolínea europea o vuelan desde Europa, ya que el sistema de pago por retraso del Reglamento de Compensación de Vuelos EU261/2004 se aplica en función de la hora de llegada programada.
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