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El trauma se produce cuando los niños se ven expuestos a acontecimientos o situaciones que superan su capacidad para hacer frente a lo que acaban de vivir. En este folleto encontrará una visión general de los traumas y las experiencias infantiles adversas y su impacto en el desarrollo de los niños.

El trauma infantil se produce cuando los niños se ven expuestos a acontecimientos o situaciones que desbordan su capacidad para hacer frente a lo que han vivido, según la Red Nacional de Estrés Traumático Infantil. Una experiencia traumática puede ser un acontecimiento único, una serie de acontecimientos o una afección crónica. La experiencia del trauma es muy individualizada.

Un acontecimiento traumático no es un hecho aislado percibido por igual por quienes lo experimentan. En otras palabras, lo que es traumático para un niño puede no tener necesariamente el mismo impacto en otro niño. Del mismo modo, lo que los adultos pueden percibir como traumático puede ser muy diferente de lo que un niño percibe como traumático. Por ejemplo, un padre puede creer que un huracán que destruyó su casa es lo más traumático; sin embargo, un niño pequeño de la misma familia puede sentirse más afectado por la pérdida de su gato que se escapó durante la tormenta. Por este motivo, es fundamental intentar comprender el significado único de las experiencias de los niños.

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Hay 10 tipos de traumas infantiles medidos en el Estudio sobre Experiencias Adversas en la Infancia CDC-Kaiser Permanente. (Cinco son personales: abuso físico, abuso verbal, abuso sexual, negligencia física y negligencia emocional. Cinco están relacionadas con otros miembros de la familia: un padre alcohólico, una madre víctima de violencia doméstica, un miembro de la familia en la cárcel, un miembro de la familia diagnosticado de una enfermedad mental y la experiencia del divorcio de los padres. Cada tipo de trauma cuenta como uno. Así, una persona que ha sufrido abusos físicos, con un progenitor alcohólico y una madre víctima de palizas tiene una puntuación ACE de tres.

Lo más importante que hay que recordar es que la puntuación ACE es orientativa: Si ha sufrido otros tipos de estrés tóxico durante meses o años, es probable que aumente su riesgo de sufrir consecuencias para la salud, en función de las experiencias positivas que haya tenido en la infancia (véase más adelante).

En primer lugar....un poco de información para ayudarte a entender esto.....(si quieres conocer los fascinantes orígenes del Estudio ACE, lee El Estudio de las Experiencias Adversas en la Infancia -el mayor y más importante estudio de salud pública del que nunca has oído hablar- comenzó en una clínica de obesidad).

Síntomas del trauma infantil en la edad adulta

3. El estrés tóxico, en cambio, es grave y crónico y afecta negativamente a la persona de forma que perjudica su salud, su rendimiento laboral, sus relaciones, su juicio, el control de sus impulsos, etc. Si no se resuelven, los efectos pueden transmitirse de una generación a otra.

El Estudio sobre Experiencias Infantiles Adversas (ACEs) fue realizado por dos médicos, Vincent Felitti, jefe del Departamento de Medicina Preventiva de Kaiser Permanente en San Diego, California, y Robert Anda, investigador de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Felitti 2002).

El estudio analizó los historiales médicos de más de 17.000 pacientes de una gran organización de mantenimiento de la salud. Los resultados muestran que diez de las ACE más comunes predicen una amplia gama de problemas psicológicos y físicos. Las diez ACE son

Enfermedades mentales: baja autoestima, depresión (incluido el trastorno bipolar), ansiedad (incluido el trastorno de pánico), trastorno de estrés postraumático (TEPT) y TEPT complejo, trastorno límite de la personalidad y adicciones.

Escala de trauma infantil pdf

Antecedentes Los traumas infantiles son frecuentes y pueden tener profundas consecuencias a lo largo de la vida de una persona. Los supervivientes adultos de abusos en la infancia plantean una serie de retos a los médicos de familia. El diagnóstico de sus enfermedades médicas y psiquiátricas es complejo; la relación terapéutica puede ser a la vez delicada y crítica para la recuperación; y los tratamientos son variados, a menudo caros y con frecuencia inaccesibles.

Los médicos de cabecera pueden ser eficaces y facilitar una atención orientada a la recuperación y centrada en el trauma, incluso cuando los servicios locales son limitados. Este modelo tiene en cuenta los síntomas que presenta la persona y la interacción en la consulta, y es aplicable independientemente del diagnóstico. Los principios clave incluyen escuchar y comprometerse para entender por qué la persona se presenta de esta manera, y abordar la atención de una manera específica y colaborativa. Esto puede aliviar la angustia emocional del paciente, el médico de cabecera y el equipo asistencial.

Los traumas infantiles son frecuentes1 y pueden tener profundas consecuencias a lo largo de la vida de una persona (Recuadro 1).2-4 Aunque la prevalencia total del maltrato infantil es difícil de medir, puede alcanzar el 28%.5 Los traumas son más frecuentes en las mujeres2 y en los grupos de población con mayor incidencia de traumas acumulativos o intergeneracionales, como los refugiados o las comunidades aborígenes e isleñas del Estrecho de Torres.6,7 El impacto de los malos tratos en la infancia es significativo, ya que representa aproximadamente el 2% de la carga total de morbilidad.2 El trauma acumulativo, en el que hay múltiples experiencias adversas en la infancia, conduce a peores resultados de salud.8